La Antártida detrás del Muro y la base Nazis Perdida en el Ártico

 

La Antártida detrás del Muro y la base Nazis Perdida en el Ártico . En lo profundo del Ártico, donde el viento aúlla incesantemente y la noche polar dura meses, un capítulo inquietante de la Segunda Guerra Mundial comienza a descongelarse, literalmente. A medida que los glaciares retroceden y el velo helado del tiempo se levanta, algo extraordinario emerge debajo del permafrost. En Alexandra Land, parte del archipiélago de Franz Josef Land en el Alto Ártico ruso, se ha descubierto una base nazi olvidada, enterrada durante mucho tiempo bajo la nieve y los secretos.

Lo que una vez fue descartado porque pensaron solo era una  conspiración o especulación es ahora una reliquia tangible de un pasado oscuro y misterioso. Esta revelación ofrece una visión aterradora de las ambiciones ocultas de la Alemania nazi, revelando no sólo operaciones militares estratégicas en los rincones más lejanos del planeta, sino también las obsesivas búsquedas ideológicas y místicas que una vez dominaron las mentes del círculo íntimo de Hitler.

La historia de una base en el Ártico

Esta no es sólo la historia de una base en el Ártico; Es la historia de un régimen que buscó controlar no sólo el país y su gente, sino también el conocimiento, los mitos y el mundo mismo. La historia comienza hace décadas, mucho antes de que la tecnología satelital moderna pudiera escanear cada rincón de la superficie de la Tierra.

Otra posible entrada oculta captada por google en la antartida
Otra posible entrada oculta captada por google en la antartida

A principios del siglo XX, el Ártico era un lugar de misterio y de inmenso interés científico. En 1931, Alemania lanzó una revolucionaria expedición al Ártico con el legendario  Graf Zeppelin  , un dirigible que transportó exploradores a lo largo de 13.200 kilómetros a través del desierto del Ártico. Dirigido por el ingeniero Hugo Eckener, el equipo multinacional estuvo formado por científicos de Alemania, Estados Unidos, Suecia y Suiza. Sus objetivos eran mapear la región, recopilar datos meteorológicos y magnéticos, estudiar la navegación aérea y comprender mejor la costa siberiana.

La presencia nazi en el Ártico: una obsesión estratégica y oculta

Pero esta expedición fue más que un esfuerzo científico. Sentó las bases para el interés continuo de Alemania en el Ártico, que aumentaría significativamente después de que Adolf Hitler llegara al poder. El gélido norte, antaño dominio de exploradores y científicos, pronto se convirtió en un tablero de ajedrez estratégico en la visión nazi de dominación mundial.

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Almirante Karl Dönitz. La Antártida detrás del Muro y la base Nazis Perdida en el Ártico

El almirante Karl Dönitz, arquitecto de la estrategia de guerra submarina alemana, reconoció el valor del Ártico como ruta comercial y base militar. Mucho antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, Alemania ya había comenzado a ver el Ártico como un teatro de operaciones encubiertas y de expansión estratégica.

En 1943, mientras la guerra se extendía por toda Europa, las fuerzas alemanas establecieron una presencia secreta en la Tierra de Alejandra. Aquí, incrustado en el terreno helado del Cabo Nimrod, construyeron una instalación secreta llamada “Cazadores de tesoros”.

Oficialmente se presentó como una estación meteorológica, una necesidad para coordinar las operaciones submarinas en el Ártico. Sin embargo, descubrimientos recientes sugieren que el verdadero propósito de esta instalación iba mucho más allá de simplemente estudiar los patrones climáticos.

Investigadores modernos de la Sociedad Geográfica Rusa, en colaboración con la Flota del Norte, han descubierto evidencia que cuenta una historia mucho más compleja y siniestra. Enterrados bajo capas de hielo y roca yacían los restos de la infraestructura militar alemana: equipos oxidados, armas, depósitos de municiones, refugios para francotiradores y extensos campos minados. La arquitectura fue camuflada deliberadamente con piedra local para imitar el árido entorno ártico y así evitar ser detectada. Los edificios restantes incluyen un edificio prefabricado de varios pisos, una planta de energía y un depósito de municiones fuertemente fortificado. Estos descubrimientos pintan una imagen de una base que sirvió no sólo para la observación, sino también para la defensa, la supervivencia y posiblemente el escape.

El descubrimiento: emerge una base submarina nazi olvidada

La disposición del lugar sugiere que podría haber sido una estación de suministro de submarinos, una estación de reabastecimiento y abastecimiento en el Ártico para los infames submarinos que plagaban el Atlántico Norte. Curiosamente, los vuelos de reconocimiento han descubierto extraños patrones geométricos que sólo se hicieron visibles después de que el hielo se retiró y que indican la existencia de otras estructuras artificiales. Algunos investigadores creen que muelles sumergidos, embarcaderos ocultos o incluso cuevas submarinas pueden haber servido para ocultar submarinos de las fuerzas aliadas.

Estructuras ocultas y ubicaciones estratégicas

No muy lejos de Alexandra Land se encuentra el presunto lugar de descanso del U-387, un submarino alemán cuyo destino sigue siendo desconocido. A pesar de múltiples estudios con sonar, el submarino nunca fue encontrado.

La Antartida detras del muro de hielo
Entrada a base secreta de la antartida

Estos descubrimientos plantean preguntas profundas. ¿Por qué los nazis estuvieron tan involucrados en esta gélida región fronteriza? ¿Qué los impulsó a establecer un puesto avanzado tan remoto y que consume tantos recursos? Las respuestas no están sólo en la estrategia militar, sino también en la ideología y la mitología.

El misticismo nazi y el enigma del Ártico

En las altas esferas del régimen nazi había una profunda fascinación por el ocultismo, las civilizaciones antiguas y las teorías pseudocientíficas. Influenciados por la Sociedad Thule y otros grupos esotéricos, muchos en el círculo de Hitler creían en la leyenda de una patria aria perdida en el Ártico. Esta idea estaba vinculada a la teoría de la Tierra hueca, que suponía que debajo de la superficie del planeta existían vastos mundos interiores accesibles a través de aberturas polares.

Según esta creencia, la raza aria había surgido de tal lugar y podía regresar allí, tal vez incluso para buscar refugio durante un apocalipsis inminente.

Documentos supuestamente obtenidos durante las expediciones alemanas al Tíbet supuestamente describían entradas al interior de la Tierra en los polos. Esta creencia alimentó el interés de los nazis no sólo en la Antártida, donde fundaron la colonia de Nueva Suabia en 1939, sino también en el Ártico. La Tierra de Francisco José, Nueva Zembla y otras regiones polares fueron exploradas no sólo por razones estratégicas, sino también como posibles puertas de entrada a reinos míticos.

Manuscritos antiguo en el artico

El propio Hitler, un hombre obsesionado con el destino y el conocimiento misterioso, autorizó numerosas misiones bajo el disfraz de la exploración científica, ocultando motivos ideológicos y místicos. Esta mezcla de ideología y misticismo podría explicar otro descubrimiento sorprendente en la base de los cazadores de tesoros. En 2023, los miembros de la expedición al Ártico encontraron un fragmento de un manuscrito antiguo que estaba notablemente bien conservado a pesar de las condiciones extremas.

Los especialistas alemanes han confirmado la autenticidad del manuscrito y los trabajos de restauración realizados con la más moderna tecnología de imágenes lo han hecho parcialmente legible. Puede estar relacionado con los objetivos generales de los programas ocultistas de los nazis, en particular la búsqueda de conocimiento antiguo para justificar sus ideologías raciales o la búsqueda de artefactos místicos como el legendario Santo Grial. Tales esfuerzos no eran de naturaleza puramente mitológica. Estaban profundamente arraigados en la propaganda y los sistemas de creencias nazis y proporcionaban una justificación espiritual para las ambiciones imperialistas del régimen.

El legado de las operaciones nazis en el Ártico

A medida que el mundo moderno continúa explorando y cartografiando el Ártico, han salido a la luz más datos. En la década de 1950, los trabajadores que construían un aeródromo en la península Polar Pilot, en Alexandra Land, descubrieron pozos de ventilación y lo que parecía ser una gruta subterránea debajo de una cresta rocosa. Estos pozos conducían a escaleras y cámaras que parecían contener atracaderos para submarinos, equipados con sistemas eléctricos. Este descubrimiento, confirmado por el reconocimiento naval bajo el mando del teniente comandante V. A. Babanov en 1944, es coherente con los informes secretos del almirante Dönitz sobre una fortaleza oculta «en el fin del mundo».

Curiosamente Babanov nunca presentó un informe oficial. La información que recopiló fue compartida de forma confidencial, posiblemente para mantener el secreto o evitar el pánico. Estos rumores, junto con los descubrimientos en la región y la historia conocida de las actividades nazis en el Ártico, dieron lugar a especulaciones de que podría haberse planeado un puesto avanzado del Cuarto Reich en esa zona remota.

Esta mezcla de acontecimientos históricos confirmados, relatos de testigos oculares creíbles y fenómenos inexplicables ha cautivado la imaginación de científicos, investigadores y teóricos de la conspiración por igual. ¿Podría haber más búnkeres ocultos bajo el hielo?

¿Podrían encontrarse más documentos o incluso artefactos tecnológicos enterrados en el suelo congelado, a la espera de ser descubiertos por el cambio climático o la curiosidad?

Ecos en el hielo

Sea cual sea la verdad, una cosa es segura: el Ártico aún guarda muchos secretos. El descubrimiento de una base nazi en esta remota parte del mundo no es el final de la historia; es simplemente el comienzo de un nuevo capítulo en la larga e inconclusa saga de la historia oculta de la Segunda Guerra Mundial.

Desde los extremos ideológicos del régimen nazi hasta los restos en cuevas congeladas, el Ártico es una cápsula del tiempo que preserva la inquietante intersección de la guerra, el mito y el misterio. Y a medida que el hielo continúa derritiéndose, las sombras del pasado resurgen: un secreto espantoso tras otro. Credito. “ Antártida: detrás del muro de hielo ”.

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